Opinión
Las pretensiones coloniales de la Unión Europea y la soberanía del Mercosur
*Por Gabriel Monzón
Sabido es que la Unión Europea está en crisis. No solamente por el colapso financiero sino, además, porque el Euro atenta contra muchas de las economías nacionales al dejarlas atadas sin posibilidad de efectuar políticas monetarias con autonomía.
Ahora, a la falta de decisión y soberanía sobre su moneda, los países exportan su problema como históricamente lo han realizado. La variable de ajuste para que sus delicados equilibrios económicos se mantuviesen fue, a lo largo del tiempo, el sometimiento en el concierto de las naciones, aplicando recetas liberales a los países en vías de desarrollo por un lado y, a su vez, volcando medidas proteccionistas tranqueras adentro de sus países.
Esta conducta, practicada incontables veces a lo largo de la historia era posible cuando el poder económico de los miembros de la Unión Europea sometía mediante su Producto Bruto Nacional a los países de Sudamérica, que veían como sus riquezas y productos primarias partían hacia el antiguo continente para ser manufacturados y luego nuevamente ingresados para que, con el valor agregado que dignifica la vida de los trabajadores, sean consumidos y exportados a todo el mundo, inclusive a aquellos que dieron sus productos.
Decir en este momento que esa realidad se mantiene es una falsedad absoluta. Forma parte de esa “Argentina virtual” de la que nos habla la Presidenta. La globalización no es un fenómeno nuevo de los medios de comunicaciones: la economía se globalizó mucho antes, con la penetración de multinacionales que generaban y generan sus riquezas sin respetar banderas. Sobre todo porque en su momento, las soberanías económicas de los países estaban quebradas por ser manejadas por miembros de estos mismo grupos multinacionales.
No necesitamos ir mucho tiempo atrás: los noventa son una muestra cabal de lo que enunciamos. Los ministros de economía de esa década tristemente celebre por no poner la economía al servicio de los pueblos eran impuestos por las multinacionales.
La generación de Mercados Comunes también sigue la moda de la globalización: la Unión Europea comenzó a gestarse en 1957 por seis países, siendo en su origen una asociación comercial. No fue sino hasta 1992 cuando esa asociación comercial se consolida como Unión Europea. Ese origen comercial es común a la mayoría de los bloques multinacionales regionales del mundo.
El Mercosur, por lo tanto, surge como una asociación comercial enunciada en 1985, pero con un alcance mayor: la unificación de los dos países más grandes de Sudamérica para su integración económica y, a su vez, para generar una fortaleza política que permita sustentarse frente a los embates que sufrían sus jóvenes democracias. La incorporación luego de Paraguay y Uruguay dieron su conformación original, con un arduo trabajo por delante: la consolidación de la región como un polo de desarrollo comercial y económico para negociar conjuntamente.
Y la relación con la Unión Europea desde el origen del Mercosur estuvo signada por una activa demanda de los países Europeos y con una alianza estratégica con los organismos de crédito internacionales. Esa alianza no solamente permitía hacer importantes negocios con los mayores beneficios para los europeos sino que, además, sometía la soberanía económica de los países integrantes del Mercosur con sus demandas a las que los gobiernos, mansamente, aceptaban.
Pero en la economía los ciclos son simplemente eso: ciclos. Y por lo tanto la fluctuación de innumerables variables hace que la realidad sea compleja y que se modifiquen. Si a eso le sumamos una preponderancia sobre el poder económico del poder político en los países de la región, era previsible que la lógica dada hasta ese momento se rompa.
El comercio con la Unión Europea está en este momento en una etapa de negociaciones que no deben asustar pero tampoco pueden dejarse de tener en cuenta. El reclamo de los países integrantes de la UE hacia el Mercosur pone su eje en la Argentina como el principal obstáculo para su desarrollo. La pregunta es ¿era previsible esta reacción? Por supuesto que sí, pues forma parte de las negociaciones y de la presión política. Lo que aún no se han dado cuenta en el viejo continente es que no solamente el Mercosur, sino que la Argentina en particular se han desarrollado comercialmente en su vínculo con las mismas políticas que ellos aplicaban y ahora aborrecen. La defensa de nuestra industria es motivo de queja por parte de la UE.
La crisis financiera les da un mandato imperativo: deben exportar su problema a los países de nuestra región y de otras para evitar sufrir las consecuencias de sus acciones.
Pero veamos algunos conceptos para ilustrar lo hasta acá dicho:
Si tomamos como base el año 1994, los países del Mercosur crecieron a un ritmo del 2,2% anual, siendo los últimos años los de la recuperación económica. Es en este segmento temporal (a partir del 2003), donde se supera el promedio anual en la región del 5%. La incorporación de Venezuela también es un acontecimiento de importancia. Sin embargo, en esta tendencia se debe destacar el de la Argentina con crecimientos de su economía de entre 8 y 9 puntos en forma consecutiva y con tendencia similar hacia el futuro. Esta recuperación de los países de la región generan una balanza comercial con tendencia favorable para el Mercosur. Los productos primarios y la industrialización generan una sustitución de importaciones que tiene como principal perjudicado a la UE. Pero a su vez, la crisis financiera de la UE necesita de los comodities del Mercosur sin poder suplantarlos.
El foco del conflicto esta dado ahora porque, según la UE, las medidas proteccionistas de la Argentina, sobre todo en el sector automotor, perjudica notablemente el comercio y amenazan con efectuar una denuncia frente a la OMC. Las medidas proteccionistas que se imponen en nuestro país son las que hacen que las producciones de las automotrices locales sean récord año tras año, estimándose una producción record nuevamente en el 2011 de cerca de ochocientos mil vehículos.
Otro de los productos que son objeto del reclamo son los agropecuarios: de liberarse el comercio entre los bloques, los sectores agropecuarios europeos estarían en serios problemas. Lo que a primera vista es una realidad simple, es más bien compleja: la crisis financiera y económica de los miembros de la UE llevan a la tendencia de la importación de comodities aún a costa de sus productores. Y aquí surgen las contradicciones, pues por un lado exigen que nosotros levantemos las medidas proteccionistas y por el otro tratan de proteger sus productos primarios.
Mientras los países de la UE viene sufriendo una disminución de su PBI producto de la crisis, los reclamos sociales aumentan y la presión de sus productores obliga a los reclamos.
En números podemos notar, acorde al gráfico expuesto que la relación sufre un cambio de tendencia en el año 2001 y las importaciones argentinas desde la UE disminuyen pero no por una correcta política, sino por la crisis que en ese año y durante el 2002 y principios del 2003 se generó en nuestro país. Las exportaciones en ese momento fueron estimuladas por la devaluación efectuada en el 2002, que provocó una extraordinaria caída del consumo interno y la revancha para muchos exportadores que, luego del 1 a 1 salieron a colocar sus productos.
La recuperación a partir de mayo del 2003 tiene características distintas: se basan en el crecimiento del consumo interno, en una mayor actividad económica y por lo tanto en una revitalización del comercio. El pico se produce en el año 2008, y tiene un retroceso en valores absolutos, pero manteniendo la diferencia comercial, producto de la crisis en los países de Europa.
Toda diferencia de estas características se soluciona con la negociación y la evaluación correcta de las necesidades de los pueblos. En nuestro caso en particular, y en la región en general, el cambio de premisa privilegiando el bienestar popular, genera inquietud en los países que tradicionalmente impusieron sus condiciones.
Las Penas son de los Trabajadores
*Por Jorge Rachid
Parafraseando a Don Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”, mientras los trabajadores penan, las ganancias son de las ART ya que quienes deberían cuidar el único capital que tienen los trabajadores, que es su salud, se dedican a rechazar accidentes como enfermedades inculpables preexistentes, en vez de apuntalar e invertir junto a las empresas en medidas de higiene y seguridad en el trabajo.
(Nota completa)
*Por Jorge Rachid
27/10 - Mi homenaje en un artículo escrito desde el dolor y el compromiso militante, es un homenaje a la política, a la militancia, la entrega, el compromiso, la memoria de nuestros compañeros y la voluntad de transitar los caminos de nuestro pueblo aún a costa de nosotros mismos como testimonio de entrega y vocación de servicio.
(Nota completa)
*Por Alcira Argumedo
(18/03) En las múltiples y turbulentas discusiones sobre el DNU, es sintomático el silencio acerca de las posibilidades existentes para obtener ingresos fiscales que no provengan del uso de reservas ni de ajustes en despidos, salarios y gasto social.
(Nota completa)
14/09/12 – Un recorrido por las opiniones del universo blogger sobre la marcha y los cacerolazos de este jueves.
(Nota completa)
*Por Hugo Delgado
Algunos pensaron que se acababa el sueño, otros, me incluyo, pensamos en el 2015.
Algunos seguramente no pudieron evitar un orgasmo al pensar que la construcción de estos siete años se derrumbaba con su muerte.
¡Qué equivocados estábamos todos!
¡¡Qué equivocados!!
(Nota completa)
*Por Hugo Delgado
El mismo país, la misma clase media, el mismo terror, el mismo desprecio, que en un tiempo que parecía enterrado en el olvido, sus antepasados de clase sintieron por los migrantes internos que abandonaban la siesta de las provincias para llegar a la capital.
(Nota completa)