Opinión

Que no nos quiten el eje
*Por Hugo Delgado
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Hace no muchos días cambiaba el editorial casi sobre el cierre y lo reemplazaba una muy buena noticia, la lucha por años de los vecinos de Lomas de Zamora y alrededores habían logrado torcer el brazo poderosísimo de la empresa Covelia a quienes no pocos asociaban (y lo hacen aún) a Hugo Moyano y rescataban para la sociedad toda un humedal en estado casi virgen de las garras de la explotación comercial.

En esta ocasión el tema de tapa es otra victoria de los defensores del medio ambiente.

Se trata de un proyecto realmente perverso que iba a tener como destino final un ecocidio.

Pero no voy a hablar desde este editorial del tema en si, sino de las manipulaciones con que se rodea al mismo, y no lo haremos desde el abordaje de un paracaidista en el tema, más bien por el contrario con la autoridad de llevar también varios años desarrollando el tema.

Quién necesite saber de que se trata el tema deberá en todo caso leer el desarrollo del mismo en nuestra páginas siete y ocho, o recurrir a nuestra web donde podrá encontrar noticias anteriores sobre el tema, aquí desarrollaremos otra cuestión.

El tema de la Represa del Ayuí tiene no poca tela para cortar. Desde El Nuevo Pueblo hemos denunciado no solo el negociado que devastaría en ecosistema del lugar para realizar una explotación extensiva de plantaciones de arroz, sino también algunos otros temas como por ejemplo la censura que debido a este tema sufrió Don Luis Landricina.

El humorista tenía por ese entonces un programa con temas vinculados al campo en Canal Rural, que integra el Grupo Clarín y en una de sus emisiones les dio espacio a los reclamos de un grupo ambientalista preocupado por el tema de la represa que se quería realizar. El programa fue retirado y en su lugar se puso un programa anterior, ese fue el último programa de Landricina.

No lo puedo asegurar, pero creo que salvo en nuestro semanario en ningún medio se dio cuenta ni se repudió este acto de censura.

En la Represa del Ayuí, igual que en Santa Catalina, los intereses económicos detrás de la escena aparecían como gigantes. Es que en el emprendimiento arrocero correntino estaban involucrados nada menos que el magnate George Soros y el número dos del Grupo Clarín José Aranda.
Pero no queda ahí el tema.

La última medida que tomó el Gobernador Colombi, antes de dejar su cargo al hermano (si, todo queda en familia) fue firmar el visto bueno para el desarrollo del emprendimiento arrocero.

Poco importó a Colombi, como poco importa también al actual Colombi que la represa arrasara con la riquísima flora y fauna de los esteros del iberá, menos aún que arruinara a muchos emprendimientos que estuvieran en la cuenca inferior del Ayuí.

Nada parece importarle a los poderosos de Corrientes que haya miles de afectados para que un par de señores hagan un gran negocio.

Sin embargo la denuncia creció y creció y creció. Los ambientalistas lograron que no pocos ciudadanos se involucraran en el tema y que el tema avanzara hasta que desde medio ambiente de la Nación declararon al proyecto inviable.

A partir de allí lo habitual, el Grupo Clarín victimizándose, los grupos ecologistas silenciados por “la gran prensa independiente nacional”, la oposición preocupada por cualquier otro tema que afecte al medioambiente, pero siempre y cuando no se trate de un negocio de Clarín, claro y la opinión pública bombardeada con medias verdades sobre el caso.

Lo real y concreto aquí es que efectivamente se trata de un negocio de Clarín (ya solo de Clarín, pues Soros se retiró ante el escándalo) pero resulta temerario pretender que la inviabilidad del proyecto se deba a que es un negocio del Grupo. Y en todo caso habrá que preguntarse si el hecho de que se trate de un negocio del grupo es válido per se para que se pueda hacer en perjuicio del medio ambiente y de cientos de emprendimientos del bajo Ayuí.

Es muy bueno para la democracia que todos seamos iguales ante la Ley, o al menos que no seamos tan distintos. No importa que nuestro apellido sea Delgado o Soros.

Es muy bueno que ningún grupo de poder tenga la impunidad de poder emprender cualquier tipo de acción así de trate de un atentado al medio ambienta o una acción que será ruinosa para sus vecinos.

Es muy bueno que todo eso pase y sería mucho más bueno aún si algunos dirigentes altamente preocupados por la libertad de expresión y la defensa del medio ambiente como Pino Solanas se presente en TN para denunciar esto que está pasando.

O es que acaso la libertad de expresión y la defensa del medio ambiente son funcionales a los intereses sectoriales del grupete clarín y estos reclamos son solo un enunciado electoralista vacío de contenidos.

De todas maneras... Es muy bueno.

 
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