Opinión
A 179 años de la usurpación
*Por Miguel Giorgio
El 3 de enero se cumplieron 179 años de la usurpación británica a nuestras Islas Malvinas. Sin embargo, este no es un aniversario más ya que en este 2012 también se cumplen 30 años de su recuperación transitoria.
La Argentina envió su primera carta de reclamo por la soberanía de las Islas a Gran Bretaña diecisiete días después de la usurpación, desde ese momento nuestro País jamás abandonó la demanda. Dispares fueron los progresos, mucho se ha escrito respecto a lo cerca que se estuvo de recuperarlas una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial o cuando en 1965 las Naciones Unidas aprobó la Resolución Nº 2065 (que insta a ambas partes a encontrar una solución negociada) o en los ‘70 cuando también parecía acercarse algún tipo de acuerdo.
En ese marco de sucesivos pedidos e intentos argentinos por la legítima recuperación de Malvinas llegamos a 1982, cuando un gobierno dictatorial (el más sanguinario de todos los tiempos, apoyado por grandes grupos económicos y respaldado por algunos sectores de la sociedad civil) optó por la recuperación del archipiélago por medio de una operación militar.
El mundo que todavía sufría los efectos de la Guerra Fría había puesto también los ojos en una guerra que nos enfrentaba nada menos que un Imperio. En nuestro país los diarios y la tv mantenían a su público atento y aferrado una construcción simbólica que apelaba a un patriotismo extremo buscando el apoyo popular.
El conflicto que comenzó el 2 de abril del 82 se extendió durante 74 días vertiginosos. En el momento de la recuperación, las órdenes para los nuestros habían sido muy estrictas sobre no ocasionar bajas de los habitantes o personal militar de las islas (disposición que se cumplió con éxito). Los combates encarnizados duraron 45 interminables días, mucho dolor, muchas imágenes grises. Argentina movilizó a sus tropas hacia las Islas (también a nivel continental), en tanto el Reino Unido en una imponente demostración de su poderío, puso en acción a la Fuerza de Tareas (Task Force), más importante desde la Segunda Guerra. El resultado ya lo sabemos. Las cifras hablan por sí mismas 649 argentinos y 255 ingleses murieron. Allí quedaron muchos de nosotros que dejaron la vida por una causa que todavía sigue siendo prioridad en la agenda argentina.
Desmalvinización: Jauretche ya nos advertía
Inmediatamente después de que las tropas nacionales fueron vencidas comenzó en nuestro país una importante campaña «desmalvinizadora», en el cual las grandes corporaciones mediáticas han sido una herramienta fundamental.
El concepto Desmalvinización ha sido acuñado por Alain Rouquié (politólogo francés) en una entrevista de la Revista Humor realizada por el periodista Osvaldo Soriano.
Desmalvinización», a mi parecer era un concepto amplio y ambiguo e implicaba una serie de factores, me propongo resignificar esta palabra enmarcándolo en lo que considero se ajusta al término, que fue la de vincular todo hecho reivindicativo de la «Causa Malvinas» a la ya mencionada sangrienta dictadura militar. Debido a la asociación directa con el gobierno de facto cualquier mención a los sucesos por consiguiente era descalificado. A tal punto que se quitó de las curriculas escolares (a excepción del 2 de abril la conmemoración del aniversario).
El hecho de considerar a la recuperación de Malvinas como una aventura militar sin posibilidad de éxito, sumado al maltrato sufrido por los soldados conscriptos que participaron de la contienda y la lejanía de los archipiélagos, han conformado una opinión adversa en la población. Tal vez estos sean algunos de los motivos por el cual los importantes avances logrados en materia de reclamo soberano no logran entusiasmar a nuestro pueblo.
Como ya vislumbraba Arturo Jauretche, en su obra «Los Profetas del Odio y la Yapa», uno de los problemas centrales de nuestra educación radicaba en la europeización de la cultura. Es decir, tomar como válidos y únicos los saberes extranjeros en detrimento del saber popular y nacional. Es en este punto en donde «desmalvinización» y la «colonización pedagógica» de la que hablaba Jauretche hacen contacto, es decir, durante décadas hemos estudiado autores y escuelas europeas, no es de extrañar entonces, que el proceso de «desmalvinización», que solo favorece a los intereses británicos calara tan profundo en el sentir de nuestro pueblo, desvalorizando completamente lo actuado por nuestra nación y dando por sentado que cualquier acción que se realice se verá signada por el fracaso. Sin embargo, los últimos años han sido un buen escenario para comenzar a trabajar en la «malvinización» de los/as argentinos/as.
Apoyo Latinoamericano
Las sucesivas rupturas de los bochornosos acuerdos firmados en Madrid en 1989 y 1990, como los de pesca, exploración y explotación de hidrocarburos, la suspensión parcial de los vuelos de Lan Chile y la supresión de los subsidios a la aerolínea, son un claro testimonio de la voluntad argentina de cambiar el rumbo de la política exterior para forzar al Reino Unido a negociar la soberanía de Malvinas.
Es imprescindible señalar el importante apoyo que está teniendo nuestro reclamo en los países Latinoamericanos. En todos los Foros regionales el apoyo a los justos reclamos argentinos es unánime, OEA, Mercosur, Unasur, la recientemente creada CELAC e incluso de potencias extracontinentales como China.
Pero no solo se trata de un apoyo moral o administrativo sino que es concreto. El hecho de negar a los buques o naves de guerra británicos el abastecimiento en puertos y bases sudamericanas, por un lado; y la de no brindar asistencia a barcos que tengan bandera de la Islas o que su carga sirva para abastecer la explotación hidrocarburifica, por el otro, son ejemplos de este compromiso asumido por nuestros hermanos latinoamericanos.
Cuenca de Malvinas: espacio de inmensas riquezas
Recordemos que en 2009 Argentina presentó ante las oficinas de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar (CONVEMAR) el documento que avala la extensión submarina de la plataforma continental argentina sobre 350 millas náuticas, esta presentación significa ni más ni menos que la triplicación de nuestro territorio continental y Malvinas representa casi tres millones de Km2 de esa extensión, donde Argentina debería ejercer plena soberanía.
En contraposición a la decisión Argentina de llevar el reclamo ante los foros internacionales, los británicos responden artillando las Islas, enviando naves de guerra cada vez más sofisticadas e incluso amenazan con enviar un submarino nuclear. Así responde el Imperio, el mismo que posee prestigiosas universidades ranqueadas en los primeros puestos de excelencia académica. Sin lugar a dudas la razón de Inglaterra sigue subordinada al poder geopolítico.
Entre otras, se pueden resaltar dos hechos del marco político actual sobre el tema Malvinas. Por una parte, muestra el acierto de la política exterior iniciada en 2003 por Néstor Kirchner y que actualmente continua Cristina Fernández; y por otra parte, la preocupación del Reino Unido que ve una Latinoamérica unida y decidida, con economías fortalecidas (como ya sabemos en la lógica capitalista este factor es determinante) que contrasta con la crisis que está comenzando a padecer toda Europa.
Como podemos apreciar, la estrategia de nuestro Gobierno es correcta, solo nos queda trabajar en la desarticulación del proceso de «desmalvinización» para que nuestro pueblo acompañe esta «Causa» con fervor pero por sobre todo necesitamos que comience a tener mayor conocimiento. En este sentido entonces la escuela y los medios se convierten en herramientas fundamentales para el cambio.
Tal como decíamos anteriormente esta década ha comenzado a preparar el escenario nacional para trabajar en la construcción de un nuevo proceso que logre el apoyo popular. Se están produciendo algunos avances importantes, a partir de este año todos los colegios secundarios tendrán como parte de su currícula el tema de Malvinas.
Es imprescindible resaltar el heroico accionar de nuestros soldados en la contienda y poner en evidencia que a pesar de las decisiones tomadas por un gobierno nefasto quienes fuimos bajo la consigna de defender nuestra soberanía, nuestro territorio, hemos cumplido con fervor esta tarea.
* Veterano de Guerra de Malvinas
Las Penas son de los Trabajadores
*Por Jorge Rachid
Parafraseando a Don Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”, mientras los trabajadores penan, las ganancias son de las ART ya que quienes deberían cuidar el único capital que tienen los trabajadores, que es su salud, se dedican a rechazar accidentes como enfermedades inculpables preexistentes, en vez de apuntalar e invertir junto a las empresas en medidas de higiene y seguridad en el trabajo.
(Nota completa)
*Por Jorge Rachid
27/10 - Mi homenaje en un artículo escrito desde el dolor y el compromiso militante, es un homenaje a la política, a la militancia, la entrega, el compromiso, la memoria de nuestros compañeros y la voluntad de transitar los caminos de nuestro pueblo aún a costa de nosotros mismos como testimonio de entrega y vocación de servicio.
(Nota completa)
*Por Alcira Argumedo
(18/03) En las múltiples y turbulentas discusiones sobre el DNU, es sintomático el silencio acerca de las posibilidades existentes para obtener ingresos fiscales que no provengan del uso de reservas ni de ajustes en despidos, salarios y gasto social.
(Nota completa)
14/09/12 – Un recorrido por las opiniones del universo blogger sobre la marcha y los cacerolazos de este jueves.
(Nota completa)
*Por Hugo Delgado
Algunos pensaron que se acababa el sueño, otros, me incluyo, pensamos en el 2015.
Algunos seguramente no pudieron evitar un orgasmo al pensar que la construcción de estos siete años se derrumbaba con su muerte.
¡Qué equivocados estábamos todos!
¡¡Qué equivocados!!
(Nota completa)
*Por Hugo Delgado
El mismo país, la misma clase media, el mismo terror, el mismo desprecio, que en un tiempo que parecía enterrado en el olvido, sus antepasados de clase sintieron por los migrantes internos que abandonaban la siesta de las provincias para llegar a la capital.
(Nota completa)