Crisis Económica

*Por Dr. Juan Carlos Vacarezza

Pese a ser tan anunciada, no dejó de sorprender, inclusive a los mejores informados, la magnitud de la crisis económica desatada en el corazón del sistema capitalista.

Pero esta crisis tiene algunas particularidades: es de carácter mundial y no sólo de los países desarrollados donde se generó (particularmente en Estados Unidos); se trasladó a los mercados bursátiles particulares, transfor-mándose en una crisis económica; es de naturaleza sistémica.

El sistema capitalista basó su expansión en un mecanismo que podemos denominar de relojería, un meca-nismo ordenado de ahorro e inversión de todo lo que no se consume, es decir, del excedente social.

Sin embargo, y especialmente desde la década del ´70 del siglo pasado, la sangre del sistema -las finanzas- dejó de ser el combustible esencial para el funcionamiento del mismo y adquirió su propia dinámica, de tal manera que se alejó descontroladamente de la producción de bienes y servicios que constituyen el PBI mundial, llegando la circulación de la masa monetaria a ser 50 veces mayor respecto al PBI global. En otras palabras: el 98% del sistema es bicicleta financiera.

Podemos decir que ha habido una guerra mundial de baja intensidad entre las finanzas internacionales y la economía real, cuyo resultado determina que 1.200 millones de personas tengan que vivir con un dólar diario y que 2.700 millones lo tengan que hacer con dos dólares diarios, sumidos en la pobreza más extrema, privados de sus re-cursos y de cualquier posibilidad de recuperarlos.

Los importantes adelantos tecnológicos han permitido que las finanzas operen en tiempo real, de tal manera que han alcanzado un estado superior al que le corresponde en el sistema, provocando los efectos devastadores re-flejados en forma permanente en los medios de comunicación.

Estamos atrapados en una telaraña caótica, producto de un sistema que ha entrado en colapso. Debemos ana-lizar si este colapso es o no de carácter terminal.

El Nuevo Orden Mundial (el imperialismo internacional del dinero) intentará salir del atolladero con un ma-quillaje gatopardista (cambiar algo para que nada cambie).

Una de las profecías de Oswald Spengler era que en la etapa de decadencia se desencadenaría una lucha abierta entre el dinero y el poder político. Su desenlace sería el triunfo de éste último, al que el gran historiador alemán denominaba “cesarismo”. Pero como nos ha enseñado el maestro Mauricio Prelooker en su libro La Eco-nomía del Desastre, en la economía de mercado coinciden el poder político y el dinero. Emergieron juntos, y juntos desaparecerán.

* Contador Público Nacional. Postgrado en Procedimiento Tributario Y Provisional. Profesor Asociado de Teoría y Técnica Impositiva I y adjunto de Estructura Económica de Argentina, en la Univ. Nac. de Lomas de Zamora. Carrera de Técnico en Administración Municipal. Autor de "Manual Administrativo Contable Impositivo y Legal para Cooperativas"; "Manual para la Gestión Profesional y Empresaria"; y coautor de "No Robarás - La deuda externa, instrumento de dominación y condicionamiento del desarrollo".

 
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