Editorial

Cooperativa Textil Quilmes
Patota telefónica
*Por Hugo Delgado
hdelgado@produccionesbm.net

(24/09) Mientras el intendente Gutiérrez sigue jugando a la escondida con la Justicia de la que son merecedores los trabajadores, pasa el tiempo y comienzan las amenazas.

Cuando esta semana los trabajadores de la Cooperativa Textil Quilmes forzaron un encuentro con el Intendente para que los escuche y hacerle saber que están siendo amenazados no pensaban recibir como respuesta que les enviarían un patrullero a cuidarlos. Las risas de los presentes, en su mayoría alumnos de la Universidad de Quilmes, no fueron por la humorada sino por la bronca que provocaba semejante salida del Jefe Comunal.

Quien escucha al autotitulado "intendente de los humildes" no puede menos que preguntarse si considerará magnates a los trabajadores de la Cooperativa. De paso estaría bueno avisarle que la "quiebra" de los ex dueños es "de mentirita" como lo fue la de Filobel antes (en el mismo lugar y con los mismos propietarios).

Quien esto escribe no puede menos que contrariarse. Es que parece mentira, con todo lo buen tipo que parecía El Barba. Pero bueno, el General decía que la “única verdad es la realidad”, y la realidad en este caso, son los hechos y los hechos son el apoyo del Barba a los varias veces vaciadores la empresa.

A uno le cuesta creer que alguien con la trayectoria gremial del Intendente no olfatee a los vaciadores a kilómetros de distancia. Mucho menos que se deje engañar por "plantillas de trabajadores" infladas con "obreros fantasma". Indigna... y mucho. Es que a uno no le extrañaría de uno de los tradicionales Barones del Conurbano, sin embargo del Barba... De uno de los "jóvenes intendentes" que "vino a cambiar el mapa del Conurbano" irrita por las esperanzas depositadas.

Los antiguos patrones, que tienen una deuda de más de $1.500.000 pesos con quienes acampan hace 42 días en la puerta de la fábrica han realizado por primera vez una oferta de pago: $300.000 y en cómodas cuotas.

Mientras tanto los trabajadores de la Cooperativa Textil Quilmes denunciaron ante la Comisaría 3ª de Quilmes haber recibido amenazas de muerte. Estas, sumadas al repudiable ataque sufrido en un comedor del barrio Villa Argentina que se solidarizó con los obreros, demuestran que ha comenzado una campaña de amedrentación. Una campaña de intimidación con llamadas telefónicas y ataques hacia quienes apoyan el reclamo de los trabajadores como el sufrido por el comedor del MTR Santucho el pasado miércoles 16 de septiembre.

El intendente Gutiérrez, por su parte, sigue con su estrategia de dejar morir el conflicto, mientras su campaña por la reelección se afirma en el discurso de un supuesto “Gobierno al servicio de los más humildes”.

Recordemos que el conflicto empezó en octubre de 2008 cuando los trabajadores fueron despedidos y los patrones se negaron a pagar las indemnizaciones. La planta de 120 operarios se había reducido drásticamente hasta llegar a sólo 10 en un año. Previamente, los trabajadores sufrieron dos vaciamientos por parte de la misma patronal, decidieron no abandonar la fábrica hasta conseguir sus indemnizaciones.

Diez meses después de haber comenzado el reclamo, y habiendose puesto a producir en la planta durante 6 meses, los trabajadores se ven nuevamente en la calle sin un centavo en los bolsillos ni una propuesta seria de cobro.

El intendente Francisco Gutiérrez, ausente durante la larga historia de conflicto, se ve obligado a realizar un informe a pedido del Senado Provincial. En dicho escrito el intendente deberá expresar la situación actual, para destrabar el tratamiento de la Ley de Expropiación. Dicha ley cuenta con la sanción de la Cámara de Diputados desde el mes de mayo de 2009.

La pregunta es si ¿el Intendente de los humildes se pronunciará por los trabajadores o los vaciadores de empresas?.

 
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