Editorial

El pelo al huevo
*Por Hugo Delgado
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(A propósito del sentido de la oposición y del criterio de independencia)

Muchas veces en este último tiempo uno se ha preguntado a si mismo sobre la curiosa realidad de los dobles mensajes, o peor aún, de los mensajes adaptados sin pudor a la realidad cotidiana y las distintas coyunturas.
Porque esto es lo que impúdicamente viene realizando la oposición y sus intérpretes, los medios de comunicación “independientes”.
Y uno se pregunta entonces cuáles son los límites a la esquizofrenia, a la miopía, porque puede escuchar el Martes que “el gobierno es un desastre porque no entrega PC a los estudiantes como el gobierno uruguayo” y al día siguiente “que hay otras prioridades, y antes que entregar computadoras es necesario acabar con el hambre en el mundo” y así hasta la eternidad.
Y uno no puede menos que preguntarse entonces si no se habrá perdido de algo.
Es muy claro, indiscutible, que la gestión de gobierno es perfectible. Es más claro aún que muchas de sus acciones de gobierno son buenas para un porcentaje mayoritario de la población y todavía más claro aún que las políticas de gobierno que más se le critican estaban en su plataforma electoral (con lo que curiosamente nos vemos en una curiosa situación de reclamar por primera vez en decenios a un gobierno porque hace lo que prometió antes de asumir).
Una y otra vez nos vemos en curiosas disyuntivas en las que quienes están en la oposición se colocan en una situación difícil de sostener. Por ejemplo, con la Ley de Servicios Audiovisuales que la democracia logró parir después de casi 30 años, nos encontramos con amigos que nos justifican su oposición a la Ley y su apoyo al decreto de la dictadura que nos rige en el tema en que “...el gobierno quiere pagar una deuda externa ilegítima”.
¿Y..?
Pareciera ser que si un gobierno tiene una postura que no nos gusta en un tema entonces debemos trabar todos sus actos, aún los que benefician claramente a toda la población, o al menos ese es el mensaje que se desprende de algunas explicaciones que creo son honestas.
La Ley de Servicios Audiovisuales ha sido enriquecida durante casi tres décadas por distintos proyectos de los más diversos sectores de nuestra vida política y previa a su sanción se vio enriquecida por decenas de aportes de las ONG más diversas a lo largo y ancho del país. ¿Cuál es el problema entonces? Si no se trata de lamerle las botas a los Oligopolios...
Otro triste tema de la oposición es el de los chicos robados en la dictadura. Repentinamente dirigentes que integraron organismos de Derechos Humanos se oponen porque “solo se los investiga porque son los hijos de la dueña de Clarín”. A quienes sostienen tamaña infamia se les debe aclarar que, en primer lugar, no solo los jóvenes son víctimas, todos sus parientes y la sociedad misma somos víctimas de quienes se consideraron con derecho no solo a robarnos la vida, sino la identidad misma.
A media voz todos expresan que “los chicos de Ernestina serían los nietos de Chicha y Estela”, sin embargo en público expresan que se trata de una muestra más de la “intolerancia y prepotencia de este gobierno”.
Ahora bien... ¿Si “La Señora” no tiene nada que ocultar porqué se niega a demostrar la limpieza de su buen nombre y honor como haría cualquier persona de bien?
Será tal vez que así como obtuvo Papel Prensa para su empresa mediante aprietes y sacándosela a sus legítimos dueños “en la mesa de tortura” como han dicho algunos actores a la prensa, obtuvo a cambio de su complicidad con la dictadura que asesinaba, torturaba y desaparecía a una parte de Argentina a estas dos criaturas.
Hasta el año pasado se creía en nuestro país que las legislativas eran para oxigenar a la oposición y permitirle moderar al gobierno, ahora bien... Después de lo que estamos viendo en la actualidad es difícil imaginar que los argentinos vuelvan a votar una opción de control a su gobierno cuando presenciamos que con los resultados obtenidos desconocen la validez de los votos de la anterior elección, que en un porcentaje abrumador optó por una plataforma de gobierno.
Ni hablar, entonces, del Señor Cobos, que no ha traicionado al gobierno como se dice muchas veces, sino a varios millones de conciudadanos que lo votaron para apoyar la acción de gobierno en una función ejecutiva.
Temas que un día deberemos comenzar a tratar de forma desmenuzada, pero que por ahora nos permiten ir ejercitando el pensamiento, para que no nos dejemos mentir impunemente.
Por fortuna este gobierno dista mucho de ser perfecto porque sino nos encontraríamos un día escuchando a quienes se le oponen criticarlo por haber acabado con el hambre y el desempleo y a los medios reclamando que los negros de mierda vuelvan a sus villas y se dejen de joder.

 
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