Editorial

La bandera de los canallas
*Por Hugo Delgado
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Mi amiga Miriam me pregunta por teléfono:
-¿Qué es eso de Isidro que todos están hablando?

-Ahhh Miriam, la criatura de la mujer que balearon en una salidera.

-Si, si, pero porqué dicen que la culpa es del gobierno?

-La verdad es que no se Miriam, a riesgo de que me acusen de oficialista debo decirte que debe ser porque no pueden acusar al gobierno de otras cuestiones. Hace no mucho murió un chiquito de frío debajo de una autopista en la Ciudad de Buenos Aires y no escuché a nadie de los que hablan ahora salir a arrancarse las vestiduras. No quiero pensar que ahora se escandalizan porque los padres del nenito tienen dinero y la indiferencia respecto a la muerte del otro chico es porque sus padres son marginados sociales.

-¿Pero que es lo que pretenden?

-No se Miriam, imagino que querrán que el gobierno contrate cuatro millones de personas para la policía así por cada persona hay un policía que lo vigile. Un policía y un cajero en cada caja de banco; un policía y un repositor en cada supermercado; etcétera, etcétera, etcétera.

-¿Me lo decís en serio?

-Miriam… hay ciertos espasmos sociales, que son fogoneados por los medios (es cierto) que no termino de comprender. Yo no se que pretenden los que reclaman por estas cuestiones que, aunque parezca inhumano, me parecen lógicas que ocurran (y te lo digo a vos, porque si publicara una cosa así la descontextualizarían y se harían una panzada con esta frase). Este tipo de cosas y cosas mucho peores ocurren en todas las sociedades como la nuestra, y cuando hablo de sociedades como la nuestra me refiero a sociedades en las que se basa casi todo en el dinero.
Este tipo de cosas pasan en Inglaterra y en Holanda, en Colombia y Suecia, en Burundi y Estados Unidos. La diferencia es que aquí y en esta coyuntura esa muerte sirve para pedir más represión, mano dura y por ahí para que algún soretito de esos se haga algún negocito con el tema vendiendo alguna cosa para “la prevención”.
¿Sabes que pasa Miriam? Yo te pregunto, ¿cuántos casos como este hay? Y en todo caso ¿cuántos casos crees vos que puede haber, en los próximos cinco o diez años, como este?
Jajajajajajaja, ya se que me vas a contestar que uno o dos, si es que los hay, y yo te puedo asegurar que en mucho menos tiempo va a haber muchos chicos que morirán por razones vinculadas a la falta de protección social, a la carencia de condiciones de vida digna de sus padres y a otros tópicos sociales vinculados a la marginación social.
Marginación social que no ha creado este gobierno, no seamos injustos en este punto, porque se ha avanzado y mucho en este aspecto, pero no es suficiente. Mientras un solo chico muera a causa la exclusión social estaremos para la mierda como sociedad y no te hablo desde una postura demagógica o clasista.
¿Sabes porqué?
Porque los asesinos de esa criatura van a ir presos, ¡bien presos! Pero los responsables de la muerte de ese chico debajo de la autopista y los responsables de los cientos de pibes que han muerto a causa de este tema siguen dando vueltas por ahí; la mayoría ocupando un cargo político todavía (como Carlos I de Anillaco, y perdona que no lo nombre porque últimamente estoy un poco supersticioso) y esperando que en breve a algún turro se le ocurra ponerle su nombre a una calle.
Por eso Miri, la verdad es que la muerte de este chico es la bandera más canalla que se puede enarbolar. Porque nadie le devolverá la vida, pero sus asesinos irán presos, mientras los responsables de cientos de muertes evitables siguen sueltos, y seguramente un hecho similar no volverá a ocurrir en mucho tiempo, se haga o no un cacerolazo.
Esta es la sensibilidad jurásica de doña Mirta y Susanita, y esta muerte es una muerte similar a la de su bicentenario. Una muerte donde la gente no moleste.

 
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