Opinión


Paralelismo entre Bolivia y los Balcanes

Tupacamarisar es el verbo
*Por Hugo Delgado

El Departamento de Estado Norteamericano puso una vez en más en marcha los engranajes de la Guerra Fría, esta vez para propiciar sus negocios con la oligarquía Boliviana de la Media Luna.

Al calor de la unipolaridad universal, los marines del Tío Sam vienen pisoteando, en los últimos años la soberanía y la dignidad del resto de las naciones del planeta.
Así, no solo en los países tercermundistas de África sus soldados cometen todo tipo de violaciones y atropellos, sino que lo hacen también en el Primer Mundo, como por ejemplo Italia, donde secuestraron a un clérigo.
A tal punto ha llegado el abuso del poder que en los últimos años a punta de dólar y bayoneta han obligado a decenas de países alrededor del mundo a firmar la impunidad de los soldados americanos, así estos hayan cometido los delitos más aberrantes, convirtiendo a sus asesinados uniformados en una suerte de rambos diplomáticos con inmunidad absoluta.
La Guerra de secesión de la ex Yugoslavia, el único país que había logrado sobrevivir económicamente al derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, fue financiada y patrocinada por la CIA de manera descarada. Allí se insuflaron cientos de miles de dólares en el resurgimiento de los nacionalismos pronazis de la segunda guerra y se invirtieron millones y millones en armar guerrillas separatistas.
Las mayorías étnicas de estos estados federativos cometieron todo tipo de atropellos contra la mayoría en la federación (y a la vez minoría en cada estado) hasta que el poder central reaccionó para evitar que estas acciones siguieran.
Calcando los métodos de la guerra fría, los medios de comunicación resaltaron; sobredimensionaron; exageraron y en casos directamente inventaron algunos hechos del accionar legítimo del gobierno central de Yugoslavia hasta generar en la opinión pública de occidente una empatía favorable al apoyo a los secesionistas y luego ya todos sabemos el resultado, países como España, que viene reprimiendo hace años los deseos de la Nación Vasca de independencia aplastaron al gobierno central de Yugoslavia en pos del “respeto de las ansias de libertad” de países cono Croacia, uno de los más firmes aliados de Hitler durante la segunda guerra mundial. Países estos de incalculable riqueza en infraestructura construida con el aporte de todos los yugoslavos.
Algo similar pasa ahora en Bolivia y no es casual que los mismos actores de la diplomacia yankee hayan actuado en el país del altiplano.
Es que la prepotencia norteamericana no puede soportar que en su patio trasero un indio gobierne democráticamente su país con el respaldo de los sectores populares.
Evo Morales, a quien se le podrán criticar muchas cosas, tiene un incuestionable respaldo popular y la más absoluta de las legitimidades refrendada recientemente en un referéndum en el que el 67% de los bolivianos le reafirmaron su apoyo.
Este resultado, 67 a 33 fue considerado un “empate” por la prensa canalla primermundista y a este triunfo, los prefectos racistas y oligarcas de la zona denominada “de la media luna” respondieron con violencia; prepotencia y asesinatos. Desconocieron al poder central y desalojaron violentamente a funcionarios del gobierno de los edificios oficiales.
Los prefectos (gobernadores) de estos territorios rebeldes se caracterizan, al igual que sus acólitos por manifestar un profundo sentimiento racista que no considera a los naturales del país como seres humanos. Paradójicamente por décadas y décadas, estos territorios han usufructuado en beneficio propio la riqueza de la nación toda, por caso, negando al resto del país el derecho al uso de gas natural, entre muchas otras cosas a mencionar.
Hoy, nuevamente la paz de la América Latina se ve amenazada por factores externos, al igual que en otras ocasiones. Como ya hizo en tantas ocasiones, la más reciente en los setenta, Estados Unidos de Norteamérica borra con el codo de su diplomacia de la cachiporra su cínico discurso democrático y vuelve a la carga para instalar en el poder a sus “hijos de puta” como antaño hizo con los Somozas; Strossners; Pinochets y Videlas solo por nombrar algunos de sus lacayos.
La historia fue muy clara con las naciones sudamericanas y los versos de Bretch se hicieron escuchar como martillazos, esperemos que esta vez las naciones de la América de Bolivar; San Martín y Sandino no padezcan la misma miopía de otros tiempos y actúen con celeridad para impedir la vulneración del estado democrático en Bolivia.

 
© Diseño producciones BM