Opinión
Reprobable actitud de Michetti
Por Pascual Manganiello
Este fin de semana la renunciante vice jefa de gobierno porteño realizó un acto de campaña organizado por COPINE y la subsecretaria de deportes del Gobierno de la Ciudad.
(11/06 -Megafon) Seguramente sus asesores han creído que sería oportuno sacarle rédito a su condición de persona con discapacidad y montaron un show mediático consistente en un partido de tenis sobre silla de ruedas.
Seria loable que la flamante candidata estuviera realmente interesada en las problemáticas de las personas con algún tipo de discapacidad, pero lo cierto es que nada ha hecho como vice jefa de gobierno en ejercicio, por lo cual resta pensar que es solo una utilización banal de una condición que merece respeto y solidaridad.
Siendo parte del Ejecutivo Porteño podría haber impulsado el cumplimiento de la ley que le asegura a las personas con discapacidad el acceso al empleo público en la Ciudad con un piso del 5 % del personal de planta, y que el Gobierno de Macri, como los anteriores, se niega sistemáticamente a cumplir.
Es lamentable que la COPINE, dependiente de la Vicejefatura de la Ciudad, y que tiene como objetivo primordial la promoción de los derechos y obligaciones de las personas con necesidades especiales en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entendiendo por tales a quienes padecen alteración, parcial o total, y/o limitación funcional, permanente o transitoria, física, mental o sensorial, que en relación a su edad y medio social impliquen desventajas considerables en su desarrollo, se vea implicada en una acción proselitista, se embandere con el oficialismo del PRO y utilice, junto con la subsecretaria de deportes, los recursos del Estado en la campaña electoral, lo cual resulta violatorio de las leyes vigentes y moralmente condenable.
La candidata debería reflexionar seriamente y comprender que existe una diferencia substancial entre los recursos propios y los del Estado.
El Liberalismo vernáculo, del cual Macri aparece como un nuevo adalid, nos tiene acostumbrados a los discursos de buenos administradores, pero la historia reciente, con Maria Julia Alzogaray y Adelina de Viola, entre tantos otros, nos muestra como se apropian del erario público en su propio beneficio.
Sería saludable para la institucionalidad de la República que Michetti y el Gobierno Porteño actual dejaran de utilizar los recursos estatales a favor de si mismos y se pusieran a Gobernar por el bien de todos.
Las Penas son de los Trabajadores
*Por Jorge Rachid
Parafraseando a Don Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”, mientras los trabajadores penan, las ganancias son de las ART ya que quienes deberían cuidar el único capital que tienen los trabajadores, que es su salud, se dedican a rechazar accidentes como enfermedades inculpables preexistentes, en vez de apuntalar e invertir junto a las empresas en medidas de higiene y seguridad en el trabajo.
(Nota completa)
*Por Jorge Rachid
27/10 - Mi homenaje en un artículo escrito desde el dolor y el compromiso militante, es un homenaje a la política, a la militancia, la entrega, el compromiso, la memoria de nuestros compañeros y la voluntad de transitar los caminos de nuestro pueblo aún a costa de nosotros mismos como testimonio de entrega y vocación de servicio.
(Nota completa)
*Por Alcira Argumedo
(18/03) En las múltiples y turbulentas discusiones sobre el DNU, es sintomático el silencio acerca de las posibilidades existentes para obtener ingresos fiscales que no provengan del uso de reservas ni de ajustes en despidos, salarios y gasto social.
(Nota completa)
14/09/12 – Un recorrido por las opiniones del universo blogger sobre la marcha y los cacerolazos de este jueves.
(Nota completa)
*Por Hugo Delgado
Algunos pensaron que se acababa el sueño, otros, me incluyo, pensamos en el 2015.
Algunos seguramente no pudieron evitar un orgasmo al pensar que la construcción de estos siete años se derrumbaba con su muerte.
¡Qué equivocados estábamos todos!
¡¡Qué equivocados!!
(Nota completa)
*Por Hugo Delgado
El mismo país, la misma clase media, el mismo terror, el mismo desprecio, que en un tiempo que parecía enterrado en el olvido, sus antepasados de clase sintieron por los migrantes internos que abandonaban la siesta de las provincias para llegar a la capital.
(Nota completa)